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lunes, 3 de septiembre de 2018

Drones aéreos y el futuro de la seguridad privada

Introducción 


El uso de drones aéreos, lo que vulgarmente se entiende por las aeronaves no tripuladas sean guiadas desde tierra y o con sistemas de vuelo automático lleva ya bastante años entre nosotros. Como suele ser normal su uso generalizado comenzó en las Fuerzas Armadas, especialmente las EEUU e Israel, siendo este último el que mayor partido supo sacar en un principio a estas máquinas desde sus comienzos, empleándolas como señuelos en la guerra del Líbano de 1982. Desde entonces han evolucionado, desde plataformas de reconocimiento a medios letales de ataque. 




Su uso civil por otro lado, y más allá del meramente recreativo, se está viendo muy limitado por dos razones: 

  • Por un lado las legislaciones nacionales, las cuales parecen ver con pavor un mundo sobrevolado por miles de maquinas de un tamaño considerable, con las probabilidades de caída y riesgos de daños materiales y humanos que ello comporta. 
  • Por otro lado, por el estado de la tecnología, aun no plenamente madura para asegurar el vuelo automático totalmente seguro y autónomo sin riesgos. 

Entre las cuestiones que hay que considerar a la hora de valorar la posible evolución de la tecnología del diseño y construcción de drones, así como su empleo e impacto en las operaciones de seguridad privada están: 

  • Su posible doble uso. Es evidente que los drones igual que pueden ser una excelente herramienta para mejorar la seguridad, también puede convertirse en una gran amenaza en caso de ser empleado con fines terroristas o simplemente criminales. 
  • Su tamaño puede escalar tanto como lo requieran sus necesidades, tanto a enormes tamaños como podrían requerir un drone bombero, ambulancia o armado, como minúsculos para recintos cerrados o espionaje. 
  • Su diseño también puede ser muy variado en función de los fines esperados. Si bien estamos acostumbrados a asociar drones civiles con multirrotores, existen otras muchas opciones de diseño en función de las necesidades. 
  • Necesidad de control de sus operaciones. En caso de masificación de su uso para fines civiles, será necesario asegurar el ancho de banda suficiente para evitar interferencias entre operadores. También hay que considerar otros riesgos como son el jamming intencionado sobre las mismas, como instrumento de sabotaje de las operaciones. Por ello, y según el tipo de operaciones y la trascendencia de las mismas, será fundamental asegurar la continuidad de la comunicación bidireccional, sea mediante técnicas de salto de frecuencias, data link, comprensión de paquetes de información, canales y medios redundantes de transmisión (laser IR RF led…). 
  • Autonomía de uso e inteligencia artificial. Es evidente que el avance de la conducción autónoma de vehículos, sean del tipo que sea, está evolucionando rápidamente y estará madura a corto plazo. En el caso de los drones aéreos es relativamente sencillo programar rutas y tareas específicas, pero en un segundo nivel hay que asegurar la capacidad de actuar en entornos saturados y responder de forma rápida y segura a situaciones extraordinarias. Por otro lado la inteligencia artificial en un futuro aun impreciso deberá garantizar su capacidad de actuar de modo absolutamente autónomo y de tomar decisiones complejas propias, incluso en ambientes y situaciones en las que exista riesgo de daños a vidas humanas.
  • Su empleo siempre estará condicionado por la legislación. Es posiblemente la principal traba que va a encontrar la tecnología para ser incorporada a los servicios de seguridad privada y desarrollar todo su potencial. 
Por supuesto las necesidades, limitaciones y posibilidades difieren según el entorno en el que se vaya emplear. No es lo mismo emplearlo en un ambiente de seguridad privada nacional, que en misiones de seguridad en el extranjero en ambientes de riesgo. Por tanto es evidente que su tamaño, configuración y aplicaciones serán radicalmente diferentes. 

Posibles usos de los drones en seguridad privada 

En lo relativo al mercado interior, la función más evidente e inmediata es la de vigilancia en sentido amplio. Básicamente un drone aéreo supone disponer de una cámara de vigilancia u otro instrumento de teledetección en el aire y además poder moverlo a voluntad, incrementando de forma excepcional la capacidad de detección y alerta disponible por otros medios. Ello permite mejorar y extender la vigilancia abaratando de forma excepcional su uso como método disuasivo. Esto es especialmente cierto en entornos rurales y misiones como la vigilancia de campos de cultivo e instalaciones agrícolas o del patrimonio arquitectónico. 

Otro uso menos evidente pero igualmente importante, es el de obtención de datos para planificación de la seguridad. 

Pero además hay margen para el desarrollo de otras misiones algo más “exóticas”, que podrían desarrollarse en el futuro: 
  • Transporte de fondos y materiales preciosos. 
  • Relé de comunicaciones, garantizando comunicaciones seguras. 
  • Control del espacio aéreo neutralizando drones no autorizados en áreas restringidas. 
  • Comprobación de alarmas.
  • Control de masas, lanzando material antidisturbios tal y como ha experimentado el Gobierno israelí recientemente
  • ….. 
Sin embargo, donde alcanza su verdadero valor es en misiones de seguridad exterior en ambientes de alto riesgo, más allá de las regulaciones administrativas que restrinjan su uso. 

En estas situaciones, a las funciones propias de vigilancia y planificación, se pueden añadir otras mucho más expeditivas, que permitan salvaguardar la vida de los efectivos propios. Entre otras se puede prever la evolución del desarrollo de drones que puedan cubrir las siguientes misiones de seguridad privada internacional. 
  • Ataque mediante armas propias. Ametralladoras, cohetes misiles bombas…
  • Señalización de objetivos para otras plataformas armadas, aéreas o terrestres 
  • Reconocimiento, entendido este como la búsqueda activa de objetivos y amenazas mas allá de los anillos de seguridad perimetral, a diferencia de la vigilancia entendida como búsqueda de amenazas directas a los objetivos a proteger.
  • Transporte de armamento y material y evacuación de heridos, mediante el empleo de drones de gran tamaño. De hecho ya se están operando helicópteros KAMAN KA-MAX contrarrotatorios sin piloto en Afganistán con capacidades de carga de más de 2 toneladas.
  • Aseguramiento de comunicaciones de largo alcance. 
Ventajas y inconvenientes del uso de drones 

El uso de drones aéreos tiene evidentes ventajas sobre otros medios posibles para lograr sus fines. Y de hecho permite el desarrollo de tareas hasta ahora imposibles sin ellos, sea por razones de viabilidad técnica o económica. Entre las principales ventajas de su uso están: 

  • Multiplicador de fuerza. Permite generar grandes sinergias en combinación con el resto de medios y medidas de seguridad que multiplica el valor y eficacia general del sistema de seguridad en su conjunto. 
  • Económicos. Los drones pueden tener precios muy inferiores a su contraparte tripulada, entre otras cosas por su menor peso y simplicidad. Además se supone que su precio bajará aun más en el futuro cuando se popularice y masifique su empleo. En todo caso esto es una cuestión relativa, ya que los drones de grado militar son hoy en día incomprensiblemente costosos. 
  • Baratos de operar y mantener. Requieren muy poco mantenimiento y escaso personal técnico, en términos relativos, a la vez que pueden mantener altas tasas de operatividad. Además su consumo de combustible es reducido cuando no son directamente eléctricos. Por todo ello sus costes por hora de vuelo son muy reducidos, especialmente si se comparan con aeronaves tripuladas. 
  • Flexibles y adaptables. Se pueden adaptar a múltiples situaciones y misiones, pudiendo cambiar sus perfiles durante misión adaptándose en tiempo real a las necesidades y riesgos observados. 
  • Discreción. Suelen ser mucho más pequeños que otras aeronaves y eso hace que sean menos ruidosos y tengan menos firma visual, IR y radar. Ello además ayuda a que puedan ser empleados en ambientes urbanos sin molestar a los ciudadanos.
  • Sencillos y rápidos de diseñar y producir. Ello favorece la reducción de precios. Además su construcción se favorece del empleo de materiales y tecnologías plenamente implantadas en la sociedad con unos costes de producción masiva mínimos. 
Sin embargo los drones aéreos no están exentos de inconvenientes que es preciso conocer y valorar a la hora de establecer las necesidades y capacidades de los mismos. 
  • Autonomía limitada. Aunque ello es solo relativo, dado que solemos pensar en aeronaves no tripuladas de despegue vertical tipo multirrotor o helicóptero, sin tener en cuenta los de ala fija, más usados en ambiente militar, al necesitar muchos más medios para su operación, pero que no es descartable que acaben incorporándose a ciertas funciones de seguridad pública o privada. 
  • Limitada carga útil. Nuevamente es cuestión relativa dado que los drones pueden escalar hasta casi cualquier tamaño, si bien entonces pierden parte de sus ventajas. 
  • Falta de capacidad de reacción. Salvo que pensemos en grandes drones armados, las misiones propias de los drones son de vigilancia y alerta o apoyo. Una vez detectada la amenaza deberá haber un elemento de reacción que impida su materialización.
  • Limitaciones legales y de seguridad. Desgraciadamente la Administración Publica es un monstruo gigantesco y poderoso, pero lento y conservador, dirigido por personas sin la mas mínima visión innovadora, de tenerla no se hubieran hecho funcionarios, ni estimulo para tomar decisiones. Ello genera retrasos e ineficacias que impiden el correcto desarrollo de las tecnologías y su perfecto aprovechamiento público y social. Además de ello está el controvertido asunto de la seguridad visto desde el evidente sesgo cognitivo social. El riesgo de que un drone caiga y remotamente pueda provocar alguna víctima, es intolerable mientras miles de personas mueren en accidentes de tráfico o por cáncer causado por el tabaco. 
  • Falta de control situacional. Los drones “ven” a través de sus elementos electroópticos, los cuales y pese a los avances que se producen, jamás podrá compararse con las sensaciones que un ser humano pueda obtener directamente con su propios ojos, su visión tridimensional y panorámica. 
  • Problemas éticos. Las posibilidades que ofrecen los drones para incrementar la vigilancia y llevarla a cualquier metro cuadrado de terreno, pueden invadir la esfera de la intimidad de las personas. 
  • Vulnerabilidad electrónica. Existen riesgos de pérdida de control de los drones por medio de interferencias, sea de las comunicaciones o del GPS. 
  • Limitaciones atmosféricas. Las aeronaves están fuertemente limitadas con las condiciones atmosféricas, de visibilidad y viento. Los drones, normalmente de menor tamaño aun tendrán límites de operación menores que las aeronaves convencionales. 
Por todo ello los drones siempre serán un poderoso complemento del resto de medios y medidas de seguridad, pero jamás pueden sustituir al dispositivo de seguridad convencional. 

Amenazas a la seguridad del desarrollo de los drones. 

A pesar de las ventajas que el desarrollo de la tecnología de los drones aéreos puede representar para el sector de la seguridad pública y privada, y para el desarrollo económico y social en general, no está exenta de riesgos. 

Dado su enorme potencial, los drones pueden y serán a buen seguro usados como instrumento para la realización de actividades ilícitas e ilegales de muy diferente grado. 

Es por ello que será importante estableces cuáles son esas amenazas y las medidas adecuadas para evitar su materialización. Todo ello evidentemente supera el ámbito de este artículo, mereciendo un análisis detallado en un futuro articulo. 

Dédalo batió sus alas y se halló subiendo y suspendido en el aire. Equipó entonces a su hijo de la misma manera, y le enseñó cómo volar. Cuando ambos estuvieron preparados para volar, Dédalo advirtió a Ícaro que no volase demasiado alto porque el calor del sol derretiría la cera, ni demasiado bajo porque la espuma del mar mojaría las alas y no podría volar. 

Jose Federico Villamil Calva
fedevillamil@fortiumsc.eu
Coordinador del blog
Coordinador de la División Fortium ITS




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