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“Toda idea nueva pasa inevitablemente por tres fases: primero es ridícula, después es peligrosa, y finalmente… ¡todos lo sabían!.      ...

viernes, 14 de junio de 2019

DEFICIENCIAS EN IDENTIFICACIONES EN CONTROLES DE ACCESO DEL PERSONAL DE SEGURIDAD PRIVADA

El control de accesos es, posiblemente, el puesto más desempeñado por los vigilantes de seguridad en España, puesto que es un servicio absolutamente transversal y son escasos los lugares que, contando con un servicio de seguridad no disponen de control en el acceso. 

Es, además, uno de los pilares del sistema integral de seguridad, distinguiendo además entre controles de personas, vehículos, mercancías, paquetería o correspondencia, etc., y entre los diferentes grupos de usuarios (trabajadores, contratas, visitas, proveedores, clientes o usuarios, visitas oficiales…), lo que hace que sea un proceso complicado y especialmente delicado por tratar con personas y tener que encajarlo en la funcionalidad habitual del lugar donde se implementa. 

Aunque genéricamente solemos hablar de controles de acceso, habría que distinguir entre estos propiamente dichos y los controles de seguridad, como ya hacen incluso normas como el Programa Nacional de Seguridad para la aviación civil. En este sentido el control de accesos sería el punto a partir del cual ya no se accede libremente, sino sólo quien esté autorizado; esto se puede hacer mediante un elemento técnico (lo más habitual), un elemento humano, o una mezcla de ambos (sobre todo en accesos principales o lugares con gran flujo de paso. En este tipo de control se mira exclusivamente quién accede, pero nada más. 

El control de seguridad por contrapartida va más allá. Es el punto a partir del cual además de que no se accede libremente, sólo se accede en las condiciones establecidas, es decir, se mira quién accede y también cómo se accede. Esto va a implicar que en la mayoría de las ocasiones el control se componga de medios humanos y medios técnicos de inspección de objetos prohibidos, aunque algunos controles de seguridad se realizan exclusivamente con cacheos por parte del personal de seguridad y a veces tampoco incluyen una identificación previa. 

Desde el punto de vista jurídico, el artículo 32.1 b) de la actual Ley 5/2014, de seguridad privada, es técnicamente muy acertado, al detallar pormenorizadamente lo relativo a los controles de identidad y añadir respecto a la normativa anterior controles de seguridad, al expresar entre las funciones de los vigilantes de seguridad: 

“Efectuar controles de identidad, de objetos personales, paquetería, mercancías o vehículos, incluido el interior de éstos, en el acceso o en el interior de inmuebles o propiedades donde presten servicio, sin que, en ningún caso, puedan retener la documentación personal, pero sí impedir el acceso a dichos inmuebles o propiedades. La negativa a exhibir la identificación o a permitir el control de los objetos personales, de paquetería, mercancía o del vehículo facultará para impedir a los particulares el acceso o para ordenarles el abandono del inmueble o propiedad objeto de su protección”. 

Sólo con lo establecido en este precepto legal despejaríamos las dudas suscitadas últimamente en varios vídeos polémicos sobre intervenciones (fundamentalmente en medios de transporte o sus infraestructuras) que se han hecho virales sobre la capacidad del vigilante de seguridad para identificar, amén de tener que hacerlo para denunciar una infracción como es su obligación. 

Pero realmente una parte esencial, como siempre, es, además del elemento humano y los medios técnicos, son las medidas organizativas. La existencia de un procedimiento de control adecuado y previamente implantado es imprescindible; recordemos a estos efectos que el borrador del futurible Reglamento de Seguridad Privada que desarrolle la Ley de 2014 establece que ese protocolo en los controles deberá además ir firmado bien por el director de seguridad responsable de la instalación si lo hay, o, en su defecto, por el jefe de seguridad de la empresa prestataria del servicio de vigilancia. 

En cualquier manual de un curso para vigilantes de seguridad podemos encontrar que para un control de accesos se establecen cuatro posibles pasos básicos: 

1- Identificación 

2- Autorización 

3- Registro 

4- Acreditación 

Los dos primeros se harán siempre, los dos siguientes no siempre, pero en bastantes ocasiones; recomendable para muchos de los servicios añadir un quinto paso: información. 

El paso inicial de la identificación se establece como el objetivo fundamental de este subsistema: consideramos que es relevante, desde el punto de vista de la seguridad, conocer quién accede a una instalación y en qué condiciones, por eso decidimos establecer ese punto de control. 

Desde el punto de vista de la seguridad identificar no es otra cosa que comprobar por medios documentales que la persona que va a acceder es quien dice ser. 

La pregunta clave que me lleva a escribir el presente artículo sería: ¿sabe el personal de seguridad privada (o pública en su caso) qué documentos son válidos para identificarse por los diferentes grupos humanos que van a acceder a una instalación en cada una de las circunstancias? 

La pregunta no es tan sencilla de responder como podría parecer, ya que las circunstancias son variadas y, al conocimiento del documento en cuestión habría que unir el de sus medidas de seguridad si las tiene. Pensemos en la diversidad de pasaportes que existen o, por ejemplo, que en el espacio Schengen no tenemos aún un modelo único de documento de identificación. 

¿Sabemos distinguir una placa de policía auténtica ahora que es relativamente habitual en la delincuencia los policías ful? ¿Con qué se identifica un funcionario que ejerce autoridad como por ejemplo los que realizan funciones de inspección (Hacienda, Trabajo, AEPD…)? ¿Se les puede hacer esperar en el acceso? ¿Qué ocurre si el documento de identificación está caducado? ¿Qué pasa si quiere acceder a un edificio oficial en el que un vigilante está prestando servicio de control de accesos un ciudadano extranjero que sólo tiene cédula de identificación? ¿Y si ese ciudadano el único documento que tiene (el único que en ese momento puede tener) es un título de viaje de un país extranjero? 

A esta dificultad se añade el hecho de que en la mayoría de los controles el personal de seguridad carece de medios para comprobar la autenticidad de los documentos, como puedan ser lupas, lámparas ultravioletas, etc., además de formación en esta materia, la cual, aunque aparece dentro del área técnico profesional, es muy pequeña en la formación inicial del vigilante y, muy poco extendida también en los cursos de actualización y reciclaje. 

Volviendo a lo comentado unas líneas más arriba, si estamos basando todo el subsistema de control de accesos en la identificación, debe el personal que lo realiza conocer los documentos válidos para la identificación y sus medidas de seguridad, puesto que, si no fuésemos capaces de hacerlo convenientemente, podría venirse abajo gran parte del sistema. Pensemos en la actualidad en actuaciones terroristas. 

Por eso es necesaria la comprobación documental de forma exhaustiva, poniendo atención al sujeto que lo porta, la foto, los datos… 

¿Cuántas veces miramos la fecha de nacimiento del documento para tener en cuenta en relación con el aspecto físico de la edad, por ejemplo? ¿Sabemos las características que debe reunir, al menos en España, la foto de un documento identificativo? En relación con esa comprobación documental se hace necesario que el vigilante de seguridad coja el documento, cosa a la que algunos ciudadanos se niegan. En este sentido hay que aludir a algún informe de la propia Unidad Central de Seguridad Privada del Cuerpo Nacional de Policía donde se aclara como el concepto retener la documentación que establece el artículo 32.1 b) citado de la Ley de Seguridad Privada implica la disociación persona – documento, no teniendo que ver con el mero hecho físico de tocarle. 

Dos conclusiones para finalizar. La primera, no hay duda de que un vigilante de seguridad puede identificar prestando un servicio, tanto en el acceso como en el interior de los inmuebles o propiedades a proteger, además de tener que perseguir el delito en relación con el objeto de su protección y denunciar todo tipo de infracciones, pues la actual Ley recoge explícitamente las infracciones administrativas. 

La segunda, el proceso de identificación juega un papel fundamental dentro del sistema integral de seguridad y, el personal de seguridad privada, pero especialmente jefes y directores de seguridad, deberíamos preguntarnos si estamos en condiciones de garantizar con esa actuación que “controlamos” realmente el acceso de las personas que ingresan en nuestras instalaciones.

JOSE IGNACIO OLMOS CASADO
Director de Seguridad
Instructor AVSEC 
Técnico de Formación

viernes, 7 de junio de 2019

QUIEN RESISTE, VENCE

Primero era imposible, luego era peligroso, y al final… todos los sabían.



Por fin, tras 2 años de duro esfuerzo, hemos logrado hacer realidad un sueño que a casi todos parecía imposible, a unos cuantos peligroso, y del que ahora nos queda el reto de dar a conocer a toda la sociedad nuestro proyecto y sus ventajas tanto para clientes como para nuestros futuros asociados.

Realizar un proyecto tan ambicioso, sin contar con el apoyo del capital y con la indiferencia cuando no la hostilidad inicial de la Administración Pública no ha sido nada fácil. Sin embargo, lo que no mata te hace más fuerte, y la carrera de obstáculos a las que nos hemos visto sometidos de grado o por la fuerza, no solo ha servido para reforzar nuestra determinación y ambición sino que nos ha dado tiempo a madurar y mejorar el proyecto, logrando el apoyo institucional hasta el punto de poder marcarnos la exigente meta de lograr ser una empresa estratégica para el Estado, tanto a nivel nacional como internacional. 

Por ello, no es casualidad que la puesta de largo de nuestra cooperativa en el sector de la seguridad, haya sido proporcionando la seguridad de la Feria de la Seguridad y la Defensa, FEINDEF, ni mucho menos la confianza depositada por las asociaciones organizadoras y las Fuerzas de Seguridad del Estado en nuestra capacidad para realizar tan delicada tarea, no igual, sino mucho mejor que cualquier otra empresa tradicional del sector. Compromiso, esfuerzo y profesionalidad de nuestros cooperativistas que se ha visto recompensado con la felicitación de la Delegación del Gobierno. 

No ha sido sencillo, ni nos han puesto fácil llegar hasta aquí. Muchos intereses creados han lastrado e intentado hundir el proyecto hasta el último momento, (ladran, señal de que cabalgamos), incluso desde dentro de la propia Administración Pública que en sus más altas instancias confía y entiende la necesidad de una organización como FORTIUM CNS para dar solución a diferentes problemas. Las presiones desde dentro del sector, fruto del miedo a un modelo innovador y competitivo, no hacen sino reafirmarnos en la solidez y solvencia del proyecto. 

FORTIUM CNS no ha nacido para ser una empresa más del sector, sino para revolucionar el concepto de la seguridad privada, dignificando el trabajo de sus profesionales, y su imagen pública. A diferencia de las empresas ancladas en un modelo tradicional concebido en la explotación del empleado para lograr simultáneamente beneficios para el capital y privilegios para una corte endogámica de directivos siempre creciente, FORTIUM CNS solo busca fines sociales, justo aquellos que el sector ha ignorado durante décadas, un salario digno para sus asociados, e inserción laboral para sectores desfavorecidos como mayores de 45 años y personal procedente de las Fuerzas Armadas.

Mientras otros han buscado el favor del Estado, los Gobiernos y la Administración Pública mediante las puertas giratorias, con el único fin de favorecer sus ansias de lucro económico, FORTIUM CNS aspira a ser socio estratégico del Estado, alineándose con los intereses superiores de la Nación, cooperando lealmente con la Administración en la consecución de los objetivos de seguridad y defensa que garanticen la mejor seguridad de sus ciudadanos, mientras mejora a su vez las condiciones de vida de sus propios asociados. Una sinergia perfecta.


Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo 

Jose Federico Villamil Calva
fedevillamil@fortiumsc.eu
Coordinador del blog

Coordinador de la División Fortium ITS

miércoles, 2 de enero de 2019

Aves rapaces y la neutralización de drones hostiles.

Sun Tzu en su libro “El Arte de la Guerra” afirmaba "los guerreros victoriosos primero ganan y después van a la guerra, mientras que los guerreros vencidos primero van a la guerra y después buscan ganar".

Recientemente hemos podido asistir al colapso de un aeropuerto internacional por la supuesta presencia de unos drones en el área, que amenazaban la seguridad aeroportuaria. Cientos de vuelos cancelados, 150000 pasajeros afectados, consecuencias económicas y dramas familiares en unas épocas tan señaladas.

Este episodio debería hacer reflexionar a los responsables de garantizar la seguridad aérea de la necesidad de dotarse de medios adecuados para combatir la más que previsible amenaza que supondrá la popularización de estos instrumentos llamados a revolucionar muchos sectores económicos y sociales.

Hace unas semanas tuve el privilegio de participar en una jornada sobre la seguridad y los drones. En la mesa redonda de debate pude plantear y explicar a interés del moderador como nuestra empresa va a disponer de un servicio de neutralización de drones, ante la no ya indiferencia sino patente jocosidad e incluso sorna de los representantes de la Administración Pública, tanto Fuerzas y Cuerpos de Seguridad como el gestor del espacio aéreo. El mayor interés mostrado fue como algo así podría ser regulado. Supongo que deformación profesional de querer controlarlo todo.

Y es que la realidad que pude concluir de dicha experiencia, fue una vez más que la Administración Pública siempre va un paso atrás de la realidad social, incapaz de anticipar y sobre todo tomar decisiones y asumir responsabilidades.  Sorprende que siquiera tengan unos protocolos definidos ante este tipo de situaciones y que en los albores de la tercera década del siglo XXI el único medio disponible para intentar neutralizar la posible amenaza de un dron hostil sean esos palitos con antenas que llaman inhibidores de frecuencias, de más que dudosa efectividad, especialmente ante una amenaza bien preparada.

El caso del aeropuerto londinense ha puesto en evidencia muchas carencias en lo relativo a la eficacia de las actuales posibilidades de neutralización de drones:

1º Para derribar o neutralizar un dron hace falta primero detectarlo, lo cual no es fácil debido a su pequeño tamaño, baja firma radar y rapidez de desplazamiento. En el caso que nos atañe, aun hoy se duda de si realmente existió la amenaza.

2º Detectada la amenaza debe ser neutralizada. Para ello existen diferentes posibilidades:

Inhibición de frecuencias de comunicaciones y sistema de  posicionamiento global.

Emplear la inhibición de frecuencias tiene evidentes riesgos en determinados ambientes como puede ser un aeropuerto. Inhibir frecuencias de forma indiscriminada amenazaría la seguridad aeroportuaria y bloquearía las comunicaciones civiles y policiales. La inhibición direccional también puede ser complicada. En primer lugar el equipo policial debe detectar la posición del dron dentro del espacio aéreo restringido y acercarse a una cierta distancia. Aun cuando se dispusiera de un “palito de ondas direccional” tan potente como para inhibir a kilómetros de distancia, la eficacia real se limitaría al alcance visual. Eso teniendo en cuenta que el dron puede moverse varios kilómetros en un minuto. Incluso con un radar de tipo militar sería complicado detectarlo, fijarlo y guiar a un equipo de tierra para que apuntara, salvo que estuvieran integrados el radar y  un  equipo e inhibición direccional automático. Además este método puede no ser eficaz si el dron funciona de forma autónoma sin conexión exterior y se guía de forma inercial, mediante reconocimiento de imágenes o lidar (radar laser) por ejemplo.

Cegar la óptica mediante laser.

Es un método eficaz para evitar que sea dirigido a un objetivo concreto con fines terroristas, si bien nuevamente hay que considerar el problema de la “dirección de tiro” para apuntar el laser de forma precisa a la óptica del dron. Además sería necesaria la alineación entre el laser y los elementos de puntería, lo cual lo limita a un sistema de protección de punto.  Por otro lado de nada sirve contra artefactos que se guíen a alcance visual o de forma autónoma.

Capturar el dron mediante otro dron.

Puede ser un método eficaz pero nuevamente nos encontramos con el problema de detectar y seguir el dron hostil con suficiente precisión. Evidentemente podemos complicar el tema introduciendo en un “cazadrones” un radar de banda milimétrica/Ku, o un buscador IR, como si de un caza aéreo se tratara y asumiendo así tamaños y complejidades (costes) considerables.

Otros métodos más “expeditivos”.

Evidentemente se puede derribar con misiles antiaéreos, destruir con un laser de alta potencia o quemar su electrónica mediante pulsos electromagnéticos direccionales. Pero como en los otros casos se requiere una adecuada dirección de tiro de grado militar. Estamos hablando ahora mismo de tecnología que esta fuera del alcance de la seguridad interior a corto o medio plazo salvo que se genere una verdadera amenaza extremadamente grave para la seguridad pública.

Como podemos ver, más allá de lo idóneo del posible método a emplear para neutralizar la amenaza nos encontramos con un problema de base. La detección y fijación de un objetivo altamente escurridizo. Eso sin contar con la eficacia real del sistema elegido para neutralizarlo.

En el caso Español es fácil dudar de la capacidad presente de la Policía Nacional para hacer frente a estas amenazas. De hecho siquiera tienen protocolos establecidos para ello, llegando a considerarlo el derribo de una aeronave, ni tampoco su autocomplacencia hace previsible que se vayan a implementar a corto plazo. La Administración es lenta tomando decisiones y mucho mas asumiendo responsabilidades. Al final, una vez producido un problema, nunca antes anticipándose a la amenaza, un consejo directivo designa la comisión para determinar la composición del comité que deberá crear el grupo de trabajo que presente las conclusiones del estudio del equipo de expertos que deberá valorar para su aprobación por el organismo interdisciplinar que garantice que el tiempo pase y que decisión alguna sea tomada ni ninguna responsabilidad asumida.

Sin embargo, hay un sencillo método que puede dar respuesta a estos retos que la amenaza de los drones puede suponer. El empleo de aves de presa entrenadas y preparadas para la capturarlos.

Un ave así entrenada, y debidamente equipada, buscará y detectará con sus afinados sentidos el objetivo incluso a varios kilómetros y se lanzará sobre él para neutralizarlo solucionando el problema en cuestión de escasos minutos.

Un sistema sencillo, eficaz y relativamente barato, cuya relación coste eficacia excede en orden de magnitud cualquiera de los complejos sistemas que serían precisos para garantizar realmente poder neutralizar la amenaza de un dron hostil con garantías.

Este servicio de neutralización de drones es un buen ejemplo del empeño en buscar la excelencia ofreciendo aquellos servicios que se demandan, incluso adelantándose a las futuras necesidades, innovando y logrando el éxito donde incluso otros, con todo el apoyo de la Administración de un Estado, como es el caso de Bélgica, han fracasado.

Fortium CNS ha nacido para revolucionar el sector de la seguridad. Eficacia, eficiencia, innovación y sobre todo una gestión del siglo XXI que ponga el énfasis en la satisfacción de las necesidades presentes y futuras del cliente con la mejor relación calidad precio.

"los guerreros victoriosos primero ganan y después van a la guerra. Mientras que los guerreros vencidos primero van a la guerra y después buscan ganar". La preparación, la planificación, el entrenamiento, el liderazgo y los protocolos de actuación son la base del éxito. La improvisación, la descoordinacion, la falta de liderazgo y decisión, así como la mera o vana esperanza en que las cosas no ocurran, solo llevan al fracaso y pagar un precio mayor como consecuencia de ello.


El que sabe cuando puede volar y cuando no, sera victorioso (Sun Tzu)


Jose Federico Villamil Calva
fedevillamil@fortiumsc.eu
Coordinador del blog

Coordinador de la División Fortium ITS





martes, 25 de septiembre de 2018

La protección contra incendios y otros riesgos en la seguridad privada


Sun Tzu nos advertía hace milenios que “No dependas de que el enemigo no se muestre, depende más bien en estar preparado para él”. 

Recientemente se ha producido en Brasil una autentica catástrofe cultural cuando el Museo Nacional de Río ha ardido, perdiéndose una enorme cantidad de obras y piezas de arte y cultura, de incalculable valor histórico. 

Es de suponer que como siempre que suceden este tipo de hechos, la causa será una concatenación de hechos e incidentes que deberán ser investigados y espero que convenientemente publicitados y, sobretodo, adecuadamente analizados y considerados en el futuro para evitar posibles desastres del mismo tipo. 

Y es que la lucha contra los desastres y catástrofes, sean naturales o de otro tipo, son hoy en día una parte importante se cualquier análisis de riesgos de seguridad pública o privada. Ello es especialmente importante en un entorno competitivo y universal, donde la continuidad de negocio y el prestigio de marca es de capital importancia para la supervivencia de las empresas. Hoy en día la seguridad debe ser considerada desde una perspectiva integral debiendo existir una total coordinación entre los diferentes planes y documentos relativos a seguridad física, la autoprotección y la gestión de emergencias. 

Desde este punto de vista hay que considerar la protección contra incendios y otros desastres dentro del ámbito de la seguridad privada en dos niveles diferenciados pero relacionados. 

En un primer nivel esta la planificación y gestión de la protección contraincendios y otro riesgos catastróficos por parte de la Dirección de Seguridad. 

En un segundo nivel hay que considerar la formación, capacitación y concienciación del personal de seguridad privada para poder afrontar este tipo de situaciones. 

Desde la perspectiva de la Dirección de Seguridad, la protección contra incendios y otros riesgos análogos de carácter catastrófico, debe ser siempre una de las amenazas a considerar más cuidadosamente en el análisis de riesgos y sus sucesivas revisiones. Evidentemente no será lo mismo valorar el riesgo de incendio en una planta petroquímica, que en una cantera, un centro comercial o en un museo. En cualquier caso como siempre hay que considerar tanto las probabilidades como los efectos tanto a nivel interno como externo y, lo que suele obviarse con frecuencia su impacto para la continuidad de negocio. 

Dentro de la planificación de la protección contraincendios hay que considerar la coordinación de los planes de seguridad física, autoprotección y emergencia, a efectos de que no existan contradicciones ni duplicidades innecesarias y se maximice la eficacia de las medidas preventivas y actuaciones de emergencia en caso de materialización del riesgo. 

Como es bien conocido los planes de autoprotección son preceptivos de determinados tipos de instalaciones por su tipo de actividad y riesgos específicos, siendo supervisados por la autoridad competente, mientras los planes de emergencia, son mucho más abiertos y deben ser realizados con carácter general, dentro del ámbito de la prevención de riesgos laborales. En el caso de ser preceptivo el plan de autoprotección, el plan de emergencias está incluido en el mismo. 

Excede del ámbito de este artículo reflejar el marco jurídico y peculiaridades de cada documento y su relación, así como las responsabilidades del Director de Seguridad en la elaboración y gestión de los mismos en necesaria coordinación con otros Departamentos implicados en la consecución del éxito de los objetivos perseguidos. 

Sin embargo, es evidente la responsabilidad del Director de Seguridad en la planificación, concienciación, obtención de los recursos precisos, formación, implantación, actualización y seguimiento de los planes contraincendios y contra otros desastres que pongan en riesgo la continuidad de negocio con carácter general. Unas veces con responsabilidad directa, y otras veces en coordinación con, o coordinando otros departamentos de la empresa. 

Opino que es necesaria una adecuada preparación de los Directores de seguridad en materia de seguridad e higiene en el trabajo y safety en general. De hecho considero que “Security” y “Safety”, deben estar íntimamente ligadas y coordinadas dado que ambas convergen en la misión fundamental, proteger la vida y los bienes bajo su responsabilidad, siendo posible, e incluso deseable que ambos departamentos estén bajo dirección común, sobre todo teniendo en cuenta que los planes de emergencia emanan de la legislación de riesgos laborales. 

Pero la realidad habitual con la que se enfrenta la Dirección de Seguridad es la falta de consideración de la Dirección General a su labor y responsabilidad considerándola un mero trámite legal o un problema que dificulta el trabajo y requiere recursos, es decir un coste real y un coste de oportunidad, incapaces de valorar en el necesario análisis coste beneficios, en otras palabras como los buenos ludópatas muchos prefieren asumir el riesgo de que se materialicen determinadas amenazas que asumir el coste de evitarlas, en otros casos prefieren asegurarlas económicamente, sin pensar en los costes añadidos para la continuidad de negocio o su prestigio de marca, o simplemente el Director de Seguridad carece de la capacidad o carácter adecuado para convencer o persuadir a la Alta Dirección de los verdaderos riesgos que asumen al desdeñar la seguridad. 

Curiosamente eso no ocurre normalmente con el Safety, dado que las consecuencias legales de su incumplimiento son claras y recaen directamente sobre la Dirección. 

Hace falta por tanto para una eficaz seguridad integral una relación directa y estrecha con la Presidencia y el Consejo de Administración. Si la Dirección de Seguridad es ninguneada por la Alta Dirección, lo será por el resto de responsables de Departamento, impidiendo el correcto desarrollo de sus actividades y lograr la máxima eficacia y sobre todo eficiencia en su trabajo. Sin embargo en la mayoría de las empresas el Director de Seguridad es despreciado, considerándolo un mero mando intermedio, mucho más abajo en el escalafón que los Directores de otros Departamentos, los cuales solo ven en él una fuente de problemas dado que no suele existir un compromiso empresarial con la seguridad, entendiendo esta por tanto como responsabilidad única del Departamento de Seguridad. 

Hoy en día un incendio o una inundación en una planta de producción que impida cumplir durante meses los compromisos adquiridos, un corte de energía que apague los servidores durante unas horas o un robo de información de los clientes, por culpa de unos protocolos inadecuados o una deficiente formación, supervisión y concienciación de UN empleado, son riesgos que ninguna empresa seria puede permitirse mas allá de las consecuencias económicas, fácilmente solucionables. La continuidad de negocio y la imagen de marca trascienden en orden de magnitud la mera importacia económica de los posibles riesgos asumidos por una deficiente gestión de la seguridad. 

La Seguridad es una responsabilidad de TODO el personal de una empresa, unos de forma directa y otros de forma indirecta, y debería ser una prioridad de cualquier Alta Dirección bien formada y preparada. 

Pero para garantizar la credibilidad de la Dirección de Seguridad, también es importante que el Director de Seguridad tenga el suficiente criterio para calibrar adecuadamente las amenazas y buscar soluciones eficientes que entorpezcan lo menos posible las operaciones de la empresa y optimicen el uso de recursos humanos y materiales, y sobre todo no caer en alarmismos innecesarios. La Seguridad debe ser la justa y necesaria, basándose en adecuados análisis coste beneficio, que tengan en cuenta todas las variables tangibles e intangibles. 

Por otro lado hay que considerar el papel de los vigilantes de seguridad en la respuesta ante la materialización de este tipo de riesgos. 

Su intervención dependerá mucho del tipo de empresa y su tamaño. No es lo mismo las posibilidades de respuesta y necesidades de actuación de un vigilante de seguridad o una pareja durante la noche en una instalación cerrada, que en una gran planta industrial química en plena actividad, o en un centro comercial abarrotado un sábado por la tarde. 

En el caso de centros que por sus características tengan un plan de autoprotección, es fundamental valorar cual va a ser su función y grado de integración dentro de los equipos de primera intervención. 

Sus funciones por tanto pueden ser diversas y variadas según lo sean las situaciones y entornos en los que se materialicen los riesgos, pero los vigilantes de seguridad deben tener siempre: 

Instrucciones claras y a su disposición. 
Deben de formularse protocolos claros y sencillos que cubran la respuesta a aquellos riesgos que por su frecuencia o posible impacto se consideren oportunos. Además debe existir en todo momento un responsable conocido por quienes deban tomar acción a quien puedan acudir a solicitar instrucciones en caso de situaciones imprevistas o complicaciones que trasciendan su capacidad de decisión y responsabilidad

Formación e información suficiente.
El personal debe estar suficientemente adiestrado para dar respuesta a los riesgos previstos. Además debe estar perfectamente informado de todo aquello que precise para tomar acción, llaves de paso, interruptores, localización y tipo de extintores, BIEs, disposición de las dependencias, localización de llaves…. 

Recursos adecuados. 
Debe dotarse al personal de seguridad de los recursos necesarios para poder actuar conforme a lo dispuesto en los protocolos con la debida eficacia y seguridad para su integridad física. 

La prevención y la alarma temprana son fundamentales a la hora de evitar o reducir los efectos de cualquier incidente. Es por ello que el servicio de vigilancia debe tener claras cuáles son sus funciones de vigilancia y control para evitar o minimizar cualquier incidente antes de que este supere el nivel de conato. 

Por tanto deben de tener perfectamente claras y definidas las tareas y funciones a realizar en cada una de las responsabilidades de su puesto: 

Inspección. 
Dentro de las funciones del vigilante de seguridad, cuando realiza su servicio fuera del horario habitual de trabajo, deberían estar las de inspección de las instalaciones a fin de cerciorarse de su correcto estado mediante rondas de seguridad. Estas rondas deben tener la doble finalidad tanto de evitar intrusiones como que haya alguna anomalía como inundaciones, conatos de incendios, o condiciones que permitan su aparición. 

Vigilancia y control. 
Mediante los medios de seguridad electrónicos necesarios para ello en forma de CCTV, sistemas de control de accesos, sensores anti intrusión y sensores anti incendios entre otros medios. 

Alerta. 
En caso de detectar o producirse alguna amenaza, sea mediante el sistema de vigilancia y control o durante las rondas de seguridad, el vigilante debe de tener claro a quien/es se debe avisar y en qué orden para la rápida respuesta a la situación de riesgo. 

Respuesta. 
En tanto en cuanto ello sea posible, y mientras llegan los servicios de emergencia interna o externa, deben tomarse las medidas precisas para evitar la propagación de la amenaza o reducir sus efectos. En el caso de una inundación puede ser cortar el agua, en un incendio, aislar la zona, cortar electricidad o gas, alejar material inflamable, atacar el foco si es un mero conato, facilitar la evacuación del recinto, u otras según lo requiera la situación. En caso de una explosión, hacer una primera valoración, cortar suministros de agua luz y gas, evacuar o atender a posibles víctimas… 

Coordinación. 
Llegado el caso, y asumiendo que en muchos casos el/los vigilantes de seguridad pueden ser los únicos responsables personados en la instalación en el momento de la crisis, deberán ser capaces de orientar y asesorar adecuadamente al personal de emergencia cuando llegue a un lugar para ellos absolutamente desconocido y sin saber la situación a la que se enfrentan. Entre otras cosas el vigilante de seguridad debe conocer las dependencia, estar en condiciones de abrir camino a las emergencias, dar un reporte de situación, informar del posible personal afectado sea por estar herido, no conocerse su ubicación o saberse positivamente en riesgo, informar de posibles sustancias o situaciones que puedan complicar su actuación….

Todo ello evidentemente debe estar debidamente protocolizado y entrenado para que pueda ser efectivo en una situación de crisis y nervios como la que supone cualquier emergencia. 

Para lograrlo, es conveniente y deseable disponer de métodos que ayuden a organizar este trabajo mediante check list, formularios de rutas y actividades realizadas u otros métodos de control, así como dípticos con información básica de emergencia. Hoy se pueden aprovechar las nuevas tecnologías para facilitar el acceso rápido a esta información. Se me ocurre por ejemplo que dicha información puede ser contenida en una Tablet o Smartphone asignado al vigilante que además puede ser un excelente dispositivo para controlar su desempeño en el ejercicio de sus funciones. 

Como puede verse, un vigilante de seguridad es algo más que un mero “tio” plantado con una porra delante de una puerta o un sistema de grabación. Un moderno vigilante de seguridad es una persona formada capacitada y concienciada para dar un servicio impecable, especialmente ese uno por mil de las veces que la situación requiere una actuación valiente responsable y decidida para responder a las situaciones que justifican verdaderamente su razón de ser, garantizar la continuidad de negocio y su prestigio internacional. 

Quien piense que eso lo puede conseguir presionando a una empresa de seguridad privada para que baje los precios sin preocuparse que eso deriva en que la persona que debe velar por la vida y los bienes bajo su custodia va a trabajar por menos 4,5 euros la hora, ni plantearse que disposición a actuar decididamente e incluso arriesgar su vida puede obtener por ese precio, es en el mejor de los casos un ingenuo cuando no un autentico necio. Quien no es capaz de entender esto y está dispuesto a asumir riesgos, confiando en el azar no es un gestor o un empresario, sino un vulgar ludópata al que tarde o temprano se le acabará la suerte. 

“No dependas de que el enemigo no se muestre, depende más bien en estar preparado para él”, un buen líder siempre se adelanta a los posibles escenarios que se le pueden presentar y es capaz de crear las condiciones idóneas para el éxito y superar cualquier adversidad. Para ello es fundamental la información, la planificación, la coordinación, la concienciación y la preparación de todo el personal para que actúen con la energía y fuerza que permitan superar cualquier adversidad que se pueda presentar. 

“Orden o desorden depende de la organización; coraje o cobardía de las circunstancias; fuerza o debilidad de la disposición”.


Jose Federico Villamil Calva
fedevillamil@fortiumsc.eu
Coordinador del blog

Coordinador de la División Fortium ITS

lunes, 17 de septiembre de 2018

Amenazas del desarrollo de los drones.

Christian Luis Lange afirmó que, “la tecnología es un siervo útil, pero un amo peligroso”. 

El desarrollo de la tecnología de los drones, especialmente los aéreos, a más de generar importantes sinergias y beneficios para la sociedad, también puede ser un instrumento en manos de los criminales y terroristas que emplear en sus actividades delictivas y antisociales. 

La reciente creación de una unidad de la Guardia Civil especializada en la neutralización de drones aéreos no autorizados, no es sino muestra de la creciente preocupación que genera en la seguridad del Estado el uso indebido de este tipo de aparatos. 

Como muestra de la creciente amenaza que puede suponer este tipo de medios baratos y sencillos de producir y manejar, se pueden mostrar cuatro ejemplo recientes: 

Ejemplo 1. Empleo de drones en misiones de reconocimiento y bombardeo por parte del ISIS y otros grupos terroristas salafistas en Irak y Siria. 

Se emplean desde simples modelos comerciales a modelos más complejos de fabricación propia, de tamaño suficiente incluso para portar pequeñas granadas de fusil o mortero ligero que lanzan con la discreción e impunidad que permite su pequeño tamaño, que mas allá de los limitados daños materiales o humanos que puedan generar, provocan miedo y desmoralización entre las filas enemigas. 

Sin embargo más allá de la anécdota de este empleo, militarmente hablando, es más preocupante incluso aun su uso como plataforma de reconocimiento o de propaganda dado que son un factor de multiplicación de fuerza de primer orden para fuerzas limitadas por su ausencia de fuerza aérea. 

Ejemplo 2. Bombardeo de bases Rusas en Siria mediante aviones de aeromodelismo de fabricación casera de gran tamaño. 

La particularidad de este uso, está en la estrategia de empleo masivo tipo enjambre, dirigidos mediante GPS o INS, y cargados de pequeñas bombas a decir de los rusos, bastante avanzadas. Hay que destacar en este caso dos hechos muy importantes. 

1º el método de neutralización de la amenaza, mediante una combinación de medidas electrónicas de bloqueo, “soft kill”, y el uso de sistemas de misiles de defensa aérea, “hard kill”. Conviene tener en cuenta en este último caso el coste que supone emplear caros misiles contra baratos y fáciles de construir drones, así como la impracticabilidad de dicho empleo en la mayoría de los entornos sociales occidentales. 

2º Rusia asegura que la tecnología empleada demuestra la colaboración, suministro y asesoramiento de potencias extranjeras, lo cual el día de mañana puede volverse en contra de quienes apoyan al terrorismo, según a quien vaya dirigido. 

Ejemplo 3. Intento de magnicidio en Venezuela. Este es quizá el ejemplo más directamente umbilicado con los riesgos presentes del empleo de drones en entornos “normales”, ajenos a conflictos bélicos. 

Si bien falta información precisa y veraz, parece deducirse que dos drones cargados con explosivos fueron empleados en una concentración bolivariana con su presidente al frente y neutralizados por los sistemas de inhibición de frecuencias del dispositivo de seguridad. 

Ejemplo 4. Empleo de drones para el contrabando en Hong Kong. Mediante un dron se pasaba un cabo desde una costa a otra para luego pasar teléfonos móviles de alta gama. 

Estos ejemplos son quizá extremos por los entornos y situaciones en los que se generan, pero dan una buena muestra de las posibilidades del empleo de drones con fines delictivos o terroristas. 

Posibles amenazas y riesgos 

Podemos diferenciar dos tipos de amenazas y riesgos a la hora valorar la generalización del empleo de drones aéreos. 

Amenazas Intencionadas: 

· Espionaje y vulneración de la intimidad. Quizá la menor de las amenazas en cuanto a sus efectos físicos, pero de gran trascendencia por su potencial para facilitar la comisión de otros hechos delictivos así como el daño a los derechos y libertades individuales. 

· Ataques terroristas. Parece la más evidente y grave de las amenazas que puede acarrear el empleo de drones con fines espurios. Bien es cierto que el terrorismo dispone de una amplia panoplia de instrumentos a su disposición para matar, y muchos de ellos con mayor contundencia y letalidad, pero el dron otorga al terrorista un instrumento de potencial alta precisión y selección para lograr sus fines, de forma no muy diferente a un misil, si bien mucho menos potente y vulnerable, aunque más fácilmente disponible y manejable. 

· Contrabando y tráfico de drogas. Los drones pueden escalar en tamaño hasta poder tranportar cargas de considerable tamaño y por su precio sería rentable emplearlo para el tráfico ilegal de productos de gran valor añadido como pueden ser drogas, armas, determinados dispositivos electrónicos o dinero. Incluso a futuro, se puede llegar pensar en el menudeo de productos ilegales. Recientemente se ha conocido el presunto empleo de un dron para introducir drogas y un teléfono móvil en una prisión. 

· Creación de incendios forestales. Un dron puede ser un perfecto instrumento para provocar incendios reduciendo el riesgo del incendiario, y pudiendo llegar a generar focos en lugares de imposible acceso tanto para el perpetrador como para los servicios de extinción. 

· Ataque a otros drones. Dado el potencial que estas aeronaves no tripuladas tienen para incrementar la seguridad pública y privada, tampoco es descartable el empleo de otros drones para negar el beneficio de este medio a los servicios de seguridad llegado el caso de perpetrar un delito. 

Otras amenazas no intencionadas: 

· Riesgo de accidentes y caídas de drones. La masificación del uso de drones puede generar si no se regula adecuadamente riesgo de caída de drones por mal funcionamiento y accidente con otros drones o aeronaves tripuladas. 

· Vulneración del derecho a la intimidad de forma no intencionada. Evidentemente la mayoría de los drones o serán pilotados o tendrán elementos optrónicos de vigilancia, que pueden entrar en colisión no intencionada con los derechos de privacidad de los ciudadanos. 

Respuesta a la amenaza 

La posible solución a las amenazas y riesgos que supone el empleo delictivo de drones es compleja y complicada. 

Depende en gran medida del grado e intensidad del ataque dado que como ya se ha visto es posible y relativamente sencillo planificar ataques masivos en enjambre, o simultáneos a múltiples objetivos, con la intención de saturar las posibles medidas defensivas. 

Asimismo hay que considerar que no es lo mismo plantear la defensa puntual de un objetivo concreto, que plantear la posible negación del espacio aéreo español en todo el territorio nacional, dado que los medios “antidrones” suelen tener un radio de acción relativamente limitado. 

Por tanto hay que plantear las medidas preventivas desde una perspectiva de combinación de medios “soft kill” y “hard kill” para asegurar el mayor nivel de seguridad y de negación del espacio aéreo a los medios no autorizados. 

Soft kill, es decir, métodos destinados a interferir el correcto funcionamiento de los dispositivos electrónicos. 

· Interferir comunicaciones y banda GPS. De esta forma se impide o limita las posibilidades de pilotaje-autopilotaje, dificultando o impidiendo el vuelo. 

El `problema es que de ser usado de forma indiscriminada puede afectar al resto de drones y usuarios de ciertas tecnologías en general. Además suele tener un alcance limitado de interferencia. 

También hay que considerar las posibles contramedidas en forma de ampliación del ancho de banda, salto de frecuencias, incremento de potencia, direccionalidad de comunicación con lóbulos laterales ultra bajos uso de otros instrumentos de comunicación (led, infrarrojos etc), uso de vuelo autónomo por medio de guía INS o comparación de imágenes digitales, e incluso radares de onda milimétrica (tecnología que se está popularizando para su uso en vehículos autónomos)… etc 

· Laser para cegar la electroóptica. Es un método relativamente sencillo ya que no requiere demasiada energía y puede ser empleada con dispositivos relativamente ligeros. El problema es apuntar convenientemente el haz sobre el objetivo. 

· Generadores de pulsos electromagnéticos direccionales. Es una tecnología ya existente a nivel militar, al menos es usada por Rusia. Es previsible su posible uso a nivel de seguridad del Estado en caso de que la amenaza de los drones lo haga conveniente, si bien es una tecnología aun en desarrollo. 

Hard kill, entendiendo sistemas o medios destinados a dañar o impedir el correcto funcionamiento físico de los drones, es decir, derribarlos. 

· Aeronaves tripuladas, otros drones o aves de presa. El concepto es sencillo, atrapar o dañar las aspas de los rotores del drone con el fin de hacerlo caer o capturarlo. Lógicamente depende del tamaño y configuración de la aeronave objetivo. 

· Derribo con misiles, cañones AA y otros instrumentos. Evidentemente parece un método un tanto extremo y caro, especialmente en ambientes de seguridad interior en Europa, aunque no puede descartarse en determinados lugares vedados al sobrevuelo y condiciones de amenaza para la seguridad nacional. 

Dadas las particulares características y limitaciones de tamaño, vuelo y control de estas aeronaves, no sería descabellado pensar en el diseño de “misiles”  u otros medios arrojables o propulsados guiados similares, mucho más baratos, sencillos, lentos y pequeños que los misiles convencionales, capaces de derribar drones no autorizados por su mero impacto o proximidad sin necesidad de carga explosiva. Sería algo intermedio entre un dron y misil. 

Problemática a la hora de afrontar la amenaza 

Existen ciertas dificultades y consideraciones a la hora de valorar la amenaza y las medidas para reducir o impedir su materialización. 

- La popularización de determinadas tecnologías facilita su integración en los drones facilitando su uso como arma de precisión. 

Tecnologías que hace 30 años solo estaban a disposición de superpotencias para su instalación en caras y pesadas armas guiadas de largo alcance, hoy están a libre disposición de cualquier ciudadano. Tecnologías como el TERCOM, la comparación de imágenes, el guiado GPS o inercial, que hace años generaban volúmenes y pesos considerables, y precios exorbitantes, hoy han reducido por mil sus magnitudes físicas y precio, multiplicado por 100 su eficacia, estando a disposición de cualquiera, que además puede acceder a libre información a través de internet hace años de imposible disposición. Todo ello facilitará en el futuro el empleo de drones como mini misiles muy baratos y de fácil disponibilidad y uso capaces de ataques selectivos. 

- El uso masivo de drones enmascarará aquellos usados con fines delictivos. 

El primer objetivo de todo plan antidrones deberá ser siempre poder identificar a los drones hostiles. De producirse una masificación del empleo de drones con los más diversos usos, será difícil llegar a discriminar aquellos no autorizados. Una forma evidente de evitar esto sería el empleo de radiobalizas o equipos IFF que permitieran identificar mediante una “huella electrónica única” cada drone autorizado a volar. 

- Uso masivo de drones con fines terroristas. Dado el relativo bajo precio al que se pueden adquirir este tipo de aeronaves, sus componentes y tecnologías relacionadas, es posible su empleo masivo con el fin de saturar las medidas de neutralización empleadas. Este tipo de tácticas de saturación de pueden dar en dos dimensiones, 
  • Ataques múltiples y simultáneos sobre un mismo objetivo a modo de enjambre de drones. 
  • Ataques simultáneos sobre múltiples objetivos. 
Como puede verse en esta breve exposición introductoria sobre las posibles amenazas que el desarrollo de tecnología y empleo de drones aéreos puede suponer, es importante prever las posibles amenazas incipientes y desarrollar medidas y técnicas que evitar su materialización. 

Las nuevas tecnologías pueden ser nuestro mejor aliado e instrumento para el desarrollo económico y social, pero nunca debe obviarse que toda tecnología moderna siempre tiene un reverso tenebroso en forma de uso ilícito. 

La primera y fundamental medida de seguridad para evitar la proliferación de drones “hostiles” será estudiar cuidadosamente, desde la perspectiva de la seguridad del Estado, los sucesivos cambios legislativos que habrá que ir realizando para adecuar el desarrollo del sector de los drones a las necesidades de la sociedad y la evolución de la tecnología. No se trata de impedir el desarrollo de esta tecnología, sino garantizar que se evita, dificulta o controla en la medida de lo posible la proliferación de su uso con fines criminales. 

La tecnología es un siervo útil, pero un amo peligroso, es importante saber controlar la tecnología para que sirva a la humanidad en lugar de transformarse en un instrumento para dañarla y socavar la convivencia social. 

La tecnología es siempre un arma de doble filo. Traerá muchos beneficios, pero también muchos desastres.-Alan Moore.

Jose Federico Villamil Calva
fedevillamil@fortiumsc.eu
Coordinador del blog

Coordinador de la División Fortium ITS

lunes, 3 de septiembre de 2018

Drones aéreos y el futuro de la seguridad privada

Introducción 


El uso de drones aéreos, lo que vulgarmente se entiende por las aeronaves no tripuladas sean guiadas desde tierra y o con sistemas de vuelo automático lleva ya bastante años entre nosotros. Como suele ser normal su uso generalizado comenzó en las Fuerzas Armadas, especialmente las EEUU e Israel, siendo este último el que mayor partido supo sacar en un principio a estas máquinas desde sus comienzos, empleándolas como señuelos en la guerra del Líbano de 1982. Desde entonces han evolucionado, desde plataformas de reconocimiento a medios letales de ataque. 




Su uso civil por otro lado, y más allá del meramente recreativo, se está viendo muy limitado por dos razones: 

  • Por un lado las legislaciones nacionales, las cuales parecen ver con pavor un mundo sobrevolado por miles de maquinas de un tamaño considerable, con las probabilidades de caída y riesgos de daños materiales y humanos que ello comporta. 
  • Por otro lado, por el estado de la tecnología, aun no plenamente madura para asegurar el vuelo automático totalmente seguro y autónomo sin riesgos. 

Entre las cuestiones que hay que considerar a la hora de valorar la posible evolución de la tecnología del diseño y construcción de drones, así como su empleo e impacto en las operaciones de seguridad privada están: 

  • Su posible doble uso. Es evidente que los drones igual que pueden ser una excelente herramienta para mejorar la seguridad, también puede convertirse en una gran amenaza en caso de ser empleado con fines terroristas o simplemente criminales. 
  • Su tamaño puede escalar tanto como lo requieran sus necesidades, tanto a enormes tamaños como podrían requerir un drone bombero, ambulancia o armado, como minúsculos para recintos cerrados o espionaje. 
  • Su diseño también puede ser muy variado en función de los fines esperados. Si bien estamos acostumbrados a asociar drones civiles con multirrotores, existen otras muchas opciones de diseño en función de las necesidades. 
  • Necesidad de control de sus operaciones. En caso de masificación de su uso para fines civiles, será necesario asegurar el ancho de banda suficiente para evitar interferencias entre operadores. También hay que considerar otros riesgos como son el jamming intencionado sobre las mismas, como instrumento de sabotaje de las operaciones. Por ello, y según el tipo de operaciones y la trascendencia de las mismas, será fundamental asegurar la continuidad de la comunicación bidireccional, sea mediante técnicas de salto de frecuencias, data link, comprensión de paquetes de información, canales y medios redundantes de transmisión (laser IR RF led…). 
  • Autonomía de uso e inteligencia artificial. Es evidente que el avance de la conducción autónoma de vehículos, sean del tipo que sea, está evolucionando rápidamente y estará madura a corto plazo. En el caso de los drones aéreos es relativamente sencillo programar rutas y tareas específicas, pero en un segundo nivel hay que asegurar la capacidad de actuar en entornos saturados y responder de forma rápida y segura a situaciones extraordinarias. Por otro lado la inteligencia artificial en un futuro aun impreciso deberá garantizar su capacidad de actuar de modo absolutamente autónomo y de tomar decisiones complejas propias, incluso en ambientes y situaciones en las que exista riesgo de daños a vidas humanas.
  • Su empleo siempre estará condicionado por la legislación. Es posiblemente la principal traba que va a encontrar la tecnología para ser incorporada a los servicios de seguridad privada y desarrollar todo su potencial. 
Por supuesto las necesidades, limitaciones y posibilidades difieren según el entorno en el que se vaya emplear. No es lo mismo emplearlo en un ambiente de seguridad privada nacional, que en misiones de seguridad en el extranjero en ambientes de riesgo. Por tanto es evidente que su tamaño, configuración y aplicaciones serán radicalmente diferentes. 

Posibles usos de los drones en seguridad privada 

En lo relativo al mercado interior, la función más evidente e inmediata es la de vigilancia en sentido amplio. Básicamente un drone aéreo supone disponer de una cámara de vigilancia u otro instrumento de teledetección en el aire y además poder moverlo a voluntad, incrementando de forma excepcional la capacidad de detección y alerta disponible por otros medios. Ello permite mejorar y extender la vigilancia abaratando de forma excepcional su uso como método disuasivo. Esto es especialmente cierto en entornos rurales y misiones como la vigilancia de campos de cultivo e instalaciones agrícolas o del patrimonio arquitectónico. 

Otro uso menos evidente pero igualmente importante, es el de obtención de datos para planificación de la seguridad. 

Pero además hay margen para el desarrollo de otras misiones algo más “exóticas”, que podrían desarrollarse en el futuro: 
  • Transporte de fondos y materiales preciosos. 
  • Relé de comunicaciones, garantizando comunicaciones seguras. 
  • Control del espacio aéreo neutralizando drones no autorizados en áreas restringidas. 
  • Comprobación de alarmas.
  • Control de masas, lanzando material antidisturbios tal y como ha experimentado el Gobierno israelí recientemente
  • ….. 
Sin embargo, donde alcanza su verdadero valor es en misiones de seguridad exterior en ambientes de alto riesgo, más allá de las regulaciones administrativas que restrinjan su uso. 

En estas situaciones, a las funciones propias de vigilancia y planificación, se pueden añadir otras mucho más expeditivas, que permitan salvaguardar la vida de los efectivos propios. Entre otras se puede prever la evolución del desarrollo de drones que puedan cubrir las siguientes misiones de seguridad privada internacional. 
  • Ataque mediante armas propias. Ametralladoras, cohetes misiles bombas…
  • Señalización de objetivos para otras plataformas armadas, aéreas o terrestres 
  • Reconocimiento, entendido este como la búsqueda activa de objetivos y amenazas mas allá de los anillos de seguridad perimetral, a diferencia de la vigilancia entendida como búsqueda de amenazas directas a los objetivos a proteger.
  • Transporte de armamento y material y evacuación de heridos, mediante el empleo de drones de gran tamaño. De hecho ya se están operando helicópteros KAMAN KA-MAX contrarrotatorios sin piloto en Afganistán con capacidades de carga de más de 2 toneladas.
  • Aseguramiento de comunicaciones de largo alcance. 
Ventajas y inconvenientes del uso de drones 

El uso de drones aéreos tiene evidentes ventajas sobre otros medios posibles para lograr sus fines. Y de hecho permite el desarrollo de tareas hasta ahora imposibles sin ellos, sea por razones de viabilidad técnica o económica. Entre las principales ventajas de su uso están: 

  • Multiplicador de fuerza. Permite generar grandes sinergias en combinación con el resto de medios y medidas de seguridad que multiplica el valor y eficacia general del sistema de seguridad en su conjunto. 
  • Económicos. Los drones pueden tener precios muy inferiores a su contraparte tripulada, entre otras cosas por su menor peso y simplicidad. Además se supone que su precio bajará aun más en el futuro cuando se popularice y masifique su empleo. En todo caso esto es una cuestión relativa, ya que los drones de grado militar son hoy en día incomprensiblemente costosos. 
  • Baratos de operar y mantener. Requieren muy poco mantenimiento y escaso personal técnico, en términos relativos, a la vez que pueden mantener altas tasas de operatividad. Además su consumo de combustible es reducido cuando no son directamente eléctricos. Por todo ello sus costes por hora de vuelo son muy reducidos, especialmente si se comparan con aeronaves tripuladas. 
  • Flexibles y adaptables. Se pueden adaptar a múltiples situaciones y misiones, pudiendo cambiar sus perfiles durante misión adaptándose en tiempo real a las necesidades y riesgos observados. 
  • Discreción. Suelen ser mucho más pequeños que otras aeronaves y eso hace que sean menos ruidosos y tengan menos firma visual, IR y radar. Ello además ayuda a que puedan ser empleados en ambientes urbanos sin molestar a los ciudadanos.
  • Sencillos y rápidos de diseñar y producir. Ello favorece la reducción de precios. Además su construcción se favorece del empleo de materiales y tecnologías plenamente implantadas en la sociedad con unos costes de producción masiva mínimos. 
Sin embargo los drones aéreos no están exentos de inconvenientes que es preciso conocer y valorar a la hora de establecer las necesidades y capacidades de los mismos. 
  • Autonomía limitada. Aunque ello es solo relativo, dado que solemos pensar en aeronaves no tripuladas de despegue vertical tipo multirrotor o helicóptero, sin tener en cuenta los de ala fija, más usados en ambiente militar, al necesitar muchos más medios para su operación, pero que no es descartable que acaben incorporándose a ciertas funciones de seguridad pública o privada. 
  • Limitada carga útil. Nuevamente es cuestión relativa dado que los drones pueden escalar hasta casi cualquier tamaño, si bien entonces pierden parte de sus ventajas. 
  • Falta de capacidad de reacción. Salvo que pensemos en grandes drones armados, las misiones propias de los drones son de vigilancia y alerta o apoyo. Una vez detectada la amenaza deberá haber un elemento de reacción que impida su materialización.
  • Limitaciones legales y de seguridad. Desgraciadamente la Administración Publica es un monstruo gigantesco y poderoso, pero lento y conservador, dirigido por personas sin la mas mínima visión innovadora, de tenerla no se hubieran hecho funcionarios, ni estimulo para tomar decisiones. Ello genera retrasos e ineficacias que impiden el correcto desarrollo de las tecnologías y su perfecto aprovechamiento público y social. Además de ello está el controvertido asunto de la seguridad visto desde el evidente sesgo cognitivo social. El riesgo de que un drone caiga y remotamente pueda provocar alguna víctima, es intolerable mientras miles de personas mueren en accidentes de tráfico o por cáncer causado por el tabaco. 
  • Falta de control situacional. Los drones “ven” a través de sus elementos electroópticos, los cuales y pese a los avances que se producen, jamás podrá compararse con las sensaciones que un ser humano pueda obtener directamente con su propios ojos, su visión tridimensional y panorámica. 
  • Problemas éticos. Las posibilidades que ofrecen los drones para incrementar la vigilancia y llevarla a cualquier metro cuadrado de terreno, pueden invadir la esfera de la intimidad de las personas. 
  • Vulnerabilidad electrónica. Existen riesgos de pérdida de control de los drones por medio de interferencias, sea de las comunicaciones o del GPS. 
  • Limitaciones atmosféricas. Las aeronaves están fuertemente limitadas con las condiciones atmosféricas, de visibilidad y viento. Los drones, normalmente de menor tamaño aun tendrán límites de operación menores que las aeronaves convencionales. 
Por todo ello los drones siempre serán un poderoso complemento del resto de medios y medidas de seguridad, pero jamás pueden sustituir al dispositivo de seguridad convencional. 

Amenazas a la seguridad del desarrollo de los drones. 

A pesar de las ventajas que el desarrollo de la tecnología de los drones aéreos puede representar para el sector de la seguridad pública y privada, y para el desarrollo económico y social en general, no está exenta de riesgos. 

Dado su enorme potencial, los drones pueden y serán a buen seguro usados como instrumento para la realización de actividades ilícitas e ilegales de muy diferente grado. 

Es por ello que será importante estableces cuáles son esas amenazas y las medidas adecuadas para evitar su materialización. Todo ello evidentemente supera el ámbito de este artículo, mereciendo un análisis detallado en un futuro articulo. 

Dédalo batió sus alas y se halló subiendo y suspendido en el aire. Equipó entonces a su hijo de la misma manera, y le enseñó cómo volar. Cuando ambos estuvieron preparados para volar, Dédalo advirtió a Ícaro que no volase demasiado alto porque el calor del sol derretiría la cera, ni demasiado bajo porque la espuma del mar mojaría las alas y no podría volar. 

Jose Federico Villamil Calva
fedevillamil@fortiumsc.eu
Coordinador del blog
Coordinador de la División Fortium ITS