Por un lado el
neoliberalismo y las empresas capitalistas y por otro las cooperativas, el trabajo asociado, y la economía
distributiva. Por supuesto las cooperativas se pueden englobar en la empresa
capitalista; pero por su aspecto eminentemente social se puede incluir en el
asociacionismo libertario; en el anarquismo nada revolucionario ni utópico: ese
es su origen.
Entrando en faena y
alejándonos de palabras (libertario, anarquismo) que a algunos puedan poner los
vellos de punta, entremos a definir lo que hoy en día es, y se ha desvelado
ser, el neoliberalismo y la empresa-corporación capitalista.
El neoliberalismo nos
propone la mínima intervención en la economía por parte de estados y sociedad
civil. Nos dice que por las particulares condiciones de la economía
capitalista, los mercados son una especie de ente capaz de regularse a sí
mismos y, aunque con crisis cíclicas, es capaz de reconducir la economía a un
crecimiento constante y por tanto al bienestar de los seres humanos. Eso sí, el
estado debe intervenir en lo que se refiere a defensa del territorio y
seguridad pues es vital para el sistema que pueda ser controlado cualquier
atisbo de insurrección, rebelión, disidencia; pero eso son otras historias.
Dije que analizaría el
neoliberalismo someramente y claro, es lo que acabo de hacer. Cualquier persona
con una formación más economicista podría decir, cuanto menos, lo mismo: -es
somero, incluso burdo-. Pero yo me permito esta licencia pues mi formación nada
tiene que ver con esa disciplina. Lógicamente no me considero un erudito, pero
algo he leído al respecto. También lo que pretendo en este artículo es
enfrentar la empresa capitalista ante la cooperativa, y esto lleva un
componente, si se quiere filosófico, en el cual cualquier ser humano que piense,
puede opinar sin temor a equivocarse.
Pues bien, considerando lo
expuesto sobre el neoliberalismo, cualquiera se dará cuenta que las empresas
capitalistas no funcionan en esa armonía de los mercados donde si quieres
medrar, tú eres quien se impondrá unas pautas de “buen negocio”, creará
relaciones comerciales basadas en la mutua confianza, y otras sensibilidades
humanas unidas al comercio,para llevar a tu empresa al máximo beneficio. La
realidad de los noticiarios, de la memoria y del día a día, nos dice que las
empresas capitalistas no dudan ni un segundo de obtener el máximo beneficio: limitando
(empequeñeciendo) salarios, por tanto creando conflicto social; contaminando el
medio ambiente e incluso fabricando auténticos venenos como alimento (en
ocasiones); violando derechos y neo colonizando países (continentes) pobres con
una codicia desmedida. O sea que de autocontrol: nada de nada.
Para no extenderme, paso a
ensalzar, -Perdón-, a comentar someramente lo que representa la empresa
cooperativa. Empezando:
No cabría pensar que una cooperativa
de trabajo asociado pueda explotar laboralmente a sus empleados, por la sencilla
razón de que sus empleados: son sus propios jefes. Se podría cobrar más o menos
en función de las necesidades de la cooperativa, pero sería una decisión tomada
por los propios implicados. Eliminamos así, el conflicto;
no cabría tampoco, el afán de absorber la competencia para eliminarla después,
(como hace la empresa capitalista), pues toda empresa, y por ende sus empleados,
pasarían a formar parte como socios de la cooperativa, que se expandiría por
unión real y no por eliminación; en cuanto a la necesidad de preservar el medio
ambiente, de ofrecer (según actividad) productos más y mejor hechos sin mirar
solo el máximo beneficio- menor coste, cualquier cooperativa, a diferencia del
consejo de administración de una empresa capitalista, tendría una asamblea
general de socios con muchas sensibilidades distintas a exponer, y el consenso
al que estarían obligadas, daría como consecuencia, (opinión), una producción
más acorde con aspectos sensibles humanos, y menos con pura y dura dosis de
maximización de beneficios; la pura conciencia de: “todos somos todo” de la
cooperativa convertiría la relación con clientes y proveedores como una
relación humana más , teniendo en cuenta la preservación de éstos, como la
preservación propia.
Este análisis puede verse
como simplista, rudimentario y bucólico, y habrá quien piense que el afán de
los cooperativistas tiene y obedece a los mismos componentes que el de
cualquier consejo de administración de cualquier corporación capitalista; pero
sin duda, en el ADN de la cooperativa está el factor humano como pieza esencial
y su diversidad tenderá a ser tenida en cuenta frente al único objetivo de la
empresa capitalista, que ha quedado claro, es, simplemente: ganar más a costa
de lo que sea y de quien o quienes sea.
Bernardo
Gil
Cooperativista
de Fortium
No hay comentarios:
Publicar un comentario